domingo, 16 de octubre de 2011

Menstruación problema de peso





Texto: Anna Infantas

La retención de líquidos no sólo provoca incomodidades, sino que también aumenta el peso. Un ginecólogo y dos nutricionistas aconsejan cómo alimentarnos durante la menstruación. Aquí, algunos detalles.

Durante esos días tan difíciles, que levante la mano la mujer que no siente unos deseos incontenibles de comer, que se hincha, que padece de cólicos y de cambios drásticos de humor… Si no son todos, al menos sentirá algunos de esos trastornos. Por ejemplo, Magdalena (30 años, ingeniera comercial) jamás sube a la balanza durante su menstruación, al menos no la semana previa. La experiencia ha hecho que construya su propia teoría: "Siento que mi cuerpo se deforma, mi vientre se hincha, me antojo de todo y, por lo menos, subo dos kilos". El agua de manzanilla o de cáscara de piña son las herramientas que utiliza para contrarrestar estos malestares, aunque sabe que son sólo paliativos. "Después todo vuelve a la normalidad, claro que tengo que sudar más tiempo en el gimnasio para recuperar mi peso", dice sonriendo.
Según el ginecólogo Carlos Fernando Siles, todo se debe a una hormona llamada progesterona, que tiene la característica de retener líquido (por una cualidad de su molécula) y esto se traduce en un aumento del peso. La cantidad varía de mujer a mujer. El especialista explica, con términos sencillos, lo que sucede en el cuerpo de las féminas: "Hay que dividir el mes en dos: antes y después de la ovulación. En la primera etapa predomina el estrógeno (la hormona propia de la mujer), cuya función es estimular el crecimiento y desarrollo de los órganos hormono-sensibles (mamas, útero, vagina). Durante la segunda mitad, la progesterona produce cambios de maduración en los tejidos, que previamente fueron estimulados por el estrógeno. La progesterona retiene líquidos, por lo que en poca o en mayor dimensión, la mujer padecerá también de eso. La hormona dura 14 días y al caer los niveles en sangre se produce la menstruación".
La dieta, por lo tanto, dice Siles, es más que importante. Aconseja no consumir más de seis gramos de sal al día repartidos en todas las comidas. "Está también comprobado que las dietas ricas en multivitaminas y minerales son beneficiosas para múltiples molestias de la regla, incluyendo el dolor menstrual, el hinchazón y la tensión mamaria. La dieta debería ser a base de verduras, frutas y suplementos vitamínicos".
La nutricionista Carolina Reyna apoya las palabras del ginecólogo con una cifra: "La retención de líquidos afecta aproximadamente al 70% de las mujeres en edad reproductiva, con distinta intensidad en cada una. Se observa un aumento de peso en un promedio de 1,5 kilos en la semana previa a la menstruación, e incluso puede ganar hasta cuatro kilos en los casos más severos". Hay voces que afirman que las mujeres que superan los 30 años son las más afectadas. Para combatir este dolor de cabeza de verse hinchada (la sensación de inflamación abdominal suele acompañarse de hinchazón en tobillos y dedos de las manos), Reyna recomienda consumir bastante líquido, por lo menos dos litros diarios y tener un régimen bastante liviano, donde predominen los carbohidratos complejos como los cereales, las pastas, las frutas y vegetales. Ideal es el yogur y la soya.
Por su parte, Rita Medina, nutricionista, advierte que con los cambios hormonales y emocionales, también llega el deseo de muchas mujeres por alimentos que tengan mayor concentración de energía (chocolates, dulces, alimentos grasos) o bien la necesidad de consumir más cantidad de alimentos, lo cual dará como resultado, sin duda alguna, un aumento de peso. “Una situación que se deberá controlar”, concluye Medina. De acuerdo con varios estudios, estas alteraciones provocan variaciones en serotonina y triptofano (neurotransmisores, es decir, sustancias en el cerebro que permiten la comunicación entre las neuronas), participantes en procesos importantes, como estado de ánimo, apetito, sueño, memoria, aprendizaje, temperatura, comportamiento y contracciones musculares.
Reyna suele decirle a sus pacientes que eviten todos aquellos productos estimulantes, especialmente los que contienen cafeína y teína; alimentos procesados, salados, alcohol, gaseosas y condimentos en general. "Cabe recordar que la menstruación provoca pérdida de hierro; por lo tanto, se recomienda una buena ingesta de hierro y vitamina C (cítricos) para ayudar a la absorción de este mineral. Por otro lado, algunas investigaciones han confirmado que en los días previos al periodo, los niveles de calcio y zinc caen y, en consecuencia, se deben consumir lácteos”.
¿Y los mates funcionan? Siles asegura que pueden ser útiles, en caso de que no exista un riesgo. "La propiedad diurética de algunas sustancias naturales puede ser beneficiosa y cada cultura tiene sus medicinas. Puede ser la piña, mate, yerba… Si la paciente lo sugiere o se niega a utilizar medicamentos, son aconsejables", despeja la duda.

Aliados

Las lechugas
Son, probablemente, las verduras más ricas en potasio, de ahí su potencial diurético. Es recomendable iniciar las comidas con una buena ensalada acompañada de tomates, rábanos, apio o zanahorias, todas ellas con alto contenido de potasio.

Las Piñas
Pueden ayudar a facilitar la absorción de las proteínas, previniendo la acumulación de heces o la aparición de gases. Tienen, además, propiedades diuréticas, por lo que serán muy adecuadas para favorecer la eliminación de líquidos durante el síndrome premenstrual.

La Fibra
Servirá para evitar el estreñimiento y reducir los niveles de estrógenos. Son alimentos ricos en fibras la mayoría de las frutas, las verduras y los cereales integrales.

Frutos secos
La piridoxina o vitamina B6 es necesaria para la síntesis de los aminoácidos y el metabolismo de los hidratos de carbono. Ayuda a mantener el equilibrio entre sodio y fósforo. Su presencia ayuda también a evitar desórdenes corporales como la debilidad muscular, torpeza mental o insomnio.

Las Coles de bruselas
Es un alimento muy adecuado para quienes sufran retención de líquidos. Su riqueza en potasio interviene en la eliminación de líquidos corporales y en otros procesos muy interesantes como la calcificación. Rico en fibras, puede aprovecharse para evitar el estreñimiento.

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